Siendo las 4:00 AM de una madrugada helada, cuando no quedaba más que ese cielo negro con nubes color plomo, viento que se cuela hasta los huesos y el estómago vacío, ella se dio cuenta de que el amor ya casi había desaparecido de la faz del planeta.
Un violín sonaba distante, en el infinito. Una melodía tristísima se desprendía de su cuerpo vacío, de las cuerdas estiradas, de los dedos del que lo tocaba. Después de unos minutos se apagó, se perdió en la memoria. Nada más quedó aquel silencio insoportable que lastima los oídos tanto como el ruido apabullante. Así que ella se adentró en ese sueño que es el recuerdo; aquel que evocamos para sentirnos felices y entristecernos, aquel incomprensible masoquismo sin el cual nos sentimos vacíos y sin vida. Sabiendo que a veces el recuerdo se convierte en añoranza, en deseo, en obsesión; decidió localizar al intérprete de aquella historia interminable, el héroe de pesadillas que te salva de las garras de la soledad, aquel que acostado a tu lado te enseña a amar, a odiar, a desear. Caminó por las calles solitarias de la Gran Tenochtitlán. Caminó debajo de los faroles que lanzan una triste luz amarilla al transeúnte. Caminó hasta la banca en la que él se sentaba, cerveza en mano, violín abandonado, ojos cerrados.
Ahora él debería decir algo. Debería decir algo. Él también recuerda, también añora.
Siendo las 4:35 AM de una madrugada helada, cuando no quedaba nada más que un parque triste, el estómago revuelto y un recuerdo que se aferra a una lucha perdida contra la realidad, el violinista asesinó con un silencio todo lo que quedaba de amor en la tierra.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Dos personas sin nombre
sábado, 13 de noviembre de 2010
X, Y ó Z
Antes de empezar este post, quisiera primero dar una referencia rápida a esto de lo que estoy hablando. A lo largo de la historia y más importante, el último siglo, la humanidad se ha dado a la tarea de dividir a la sociedad por sus tendencias, ideologías y modos de vivir. Abarcando años (aunque la división de las Generaciones va un poco más allá) y acontecimientos históricos, podemos hablar de 4 Generaciones que en muchos casos aún conviven entre sí y que tienen repudio las unas por las otras: Los Baby Boomers, la Generación X (también llamada Generación apática), la Generación Y (conocida como la iGeneration o Why? Generation) y la Generación Z (Net Generation).
Si nos vamos cronológicamente (aunque insisto, también depende de otros factores) podríamos decir que se dividen así:
Baby Boomers: Nacidos entre 1945 y 1960
Generación X: Nacidos entre 1961 y 1980
Generación Y: Nacidos entre 1981 y 1995
Generación Z: Nacidos de 1996 al día de hoy.
Aunque los rangos están definidos, pueden variar entre +/- 2, dependiendo del desarrollo y el entorno.
Ahora sí. Hace mucho tiempo me di a la tarea de investigar más sobre este tema porque por casualidad leí un artículo que decía algo que me llamó mucho la atención. Aunque no logré encontrarlo de nuevo, ni se dónde lo leí o quién lo escribió, recuerdo que el tema era importante: Diferencias entre tener un empleado perteneciente a la Generación X y uno a la Generación Y.
A la Generación Y (de la cual soy perteneciente) nos hacían pedazos. Resultó que somos la generación más brillante, pero tenemos poco sentido de la lealtad o la responsabilidad. No importaba nuestra gran creatividad, nuestro poder de acceso a la información, nuestra obsesión por la estética. El artículo claramente definía que el sujeto perteneciente a la Generación Y sería más flojo, más peleonero y nada conformista. A nadie le gustaría tener un empleado así. Sin embargo, dejaban claro que el trabajo lo haríamos en la mitad de tiempo y mucho mejor que alguien perteneciente a la otra generación.
De cualquier manera, la Generación Y es ahorita un "error" que la humanidad provocó, así como lo fue la Generación X cuando sus integrantes estaban entre los 15 y 25 años. Se habló terriblemente de aquellos jóvenes: personas sin valores, sin creencias, sin respeto. Se les tachó de apáticos, de flojos, de no tener visión para el futuro.
A partir de ese momento me di cuenta de que la Generación X ¡Son los adultos de hoy! Llegaron a la edad (pasaditos de los treintas, mediaditos en los cuarentas y hasta los tempranitos cincuentas) en la que ven a los jóvenes como una peste. Cayeron en el "En mis tiempos no hacíamos esa barbaridad…" o "En mis tiempos teníamos ideales…" y hasta el "En mis tiempos esto era un lujo…" y sí, la Generación Y ve como cosas de canasta básica aquellas cosas que la Generación X veía como un lujo, y aparte de todo un lujo otorgado por los Baby Boomers, los cuales luchaban por el sueño mágico de la vida cómoda con jardín, perro e hijos que les vendió el "American Dream".
Actualmente los sujetos pertenecientes a la Generación X son personas con hijos, con trabajos estables, con buenos puestos que se han ganado con lealtad y trabajo. La Generación X no es más la generación apática, es la generación que puede decidir si contrata a un sujeto perteneciente a la Generación Y, el cual tiene la capacidad para sobrepasarlo y que seguramente abandonaría su trabajo si le ofrecen más dinero y libertad en otro lado.
La guerra X vs Y empezó cuando los Y empezaron a pedir trabajo y a demostrar que estaban mejor preparados tan solo por su capacidad mental. La Generación X se queja de la Y así como los Baby Boomers se quejaron de ellos.
Pero el tiempo ha pasado y la Generación Z empieza a lanzar a jóvenes que opinan y que interactúan con el mundo. La Generación Y, de la cual ya hay bastantes adultos, comienza a darse cuenta de que su inteligencia NO es superior a la de la Generación Z, la cual parece que nació con "chip integrado". La Generación Y repite el patrón y empieza a pensar "Cuando yo era niño no me la pasaba pegado a la computadora todo el día..." o "Antes hacíamos tal o cual cosa..."
Convivir con una persona perteneciente a la Generación Z siempre nos deja mudos. Tienen una capacidad extraordinaria para entender la tecnología. Yo recuerdo, por ejemplo, que jugaba Miss PacMan en Atari y seleccionaba luchar solo contra un fantasma (porque existía esa opción). Tenía yo como 4 ó 5 años y mis tíos (10 y hasta 20 años más grandes que yo) se reían porque no podía hacerlo bien, pero al mismo tiempo se sorprendían porque podía hacerlo. Era una palanquita y un botón… Ahora veo a niños de 6 años que pueden jugar Lego Star Wars en xBox y luchan contra infinidad de "malos" con un control que tiene más de 12 botones.
Cada generación es más individualista que la anterior. La generación Apática engendró hijos sin valores, con acceso a la información. La Generación Z ya no tiene la capacidad de relacionarse, vive detrás de un monitor y un teclado.
Mientras más pasa el tiempo, más cambia el modo de ser de la humanidad. "Los jóvenes cada vez están peor..." opinaría un Baby Boomer. Mejoramos la tecnología, la salud, se hacen millones de descubrimientos científicos, pero cada vez interactuamos menos los unos con los otros, cada vez nos preocupamos menos los unos por los otros.
¿No sería mejor que en vez de quejarnos sobre lo que no hacen los jóvenes actuales nos diéramos a la tarea de aprovechar su capacidad para mejorar la vida? ¿No sería hora de parar esta lucha Adultos vs Jóvenes para unir fuerza e inteligencia? Quejándonos sobre lo aburridos que son los mayores y lo tontos que son los chicos no vamos a llegar a nada. A pesar de todo; X, Y y Z han demostrado que pueden llevar al mundo a realidades imaginadas hasta 100 años atrás y siguen y seguirán sorprendiendo a los Baby Boomers con todas las cosas que han inventado.
Con la constancia de los X, la imaginación de los Y y la alta capacidad de los Z podríamos lograr mucho. El chiste es no sentirse superior que los demás. Es hora de aceptar que los Y tenemos muchas ventajas y ayudar a los Z a no olvidar los valores que son la base de la sociedad.
Para finalizar... Encontré este fragmento del Dr. Julio A. Fonseca de la Universidad del Sagrado Corazón, sobre una convención titulada Conociendo la generación "Y" y su estilo de aprendizaje y la verdad es que me gustó mucho porque tiene mucha razón.
… La generación "Y" no pide permiso, sino informa. La generación "X" se tapa los tatuajes y las pantallas, pero la "Y" no, y hasta es capaz de demandar si se entera de que no le dieron un trabajo a causa de su apariencia. Para los "baby-boomers" y los "X" era importante defender sus ideales hasta el final, y lo importante para ellos era el grupo, no el individuo. Sin embargo, para los "Y" los ideales no son importantes, son más individualistas, y se preocupan más por el dinero" …
Si nos vamos cronológicamente (aunque insisto, también depende de otros factores) podríamos decir que se dividen así:
Baby Boomers: Nacidos entre 1945 y 1960
Generación X: Nacidos entre 1961 y 1980
Generación Y: Nacidos entre 1981 y 1995
Generación Z: Nacidos de 1996 al día de hoy.
Aunque los rangos están definidos, pueden variar entre +/- 2, dependiendo del desarrollo y el entorno.
Ahora sí. Hace mucho tiempo me di a la tarea de investigar más sobre este tema porque por casualidad leí un artículo que decía algo que me llamó mucho la atención. Aunque no logré encontrarlo de nuevo, ni se dónde lo leí o quién lo escribió, recuerdo que el tema era importante: Diferencias entre tener un empleado perteneciente a la Generación X y uno a la Generación Y.
A la Generación Y (de la cual soy perteneciente) nos hacían pedazos. Resultó que somos la generación más brillante, pero tenemos poco sentido de la lealtad o la responsabilidad. No importaba nuestra gran creatividad, nuestro poder de acceso a la información, nuestra obsesión por la estética. El artículo claramente definía que el sujeto perteneciente a la Generación Y sería más flojo, más peleonero y nada conformista. A nadie le gustaría tener un empleado así. Sin embargo, dejaban claro que el trabajo lo haríamos en la mitad de tiempo y mucho mejor que alguien perteneciente a la otra generación.
De cualquier manera, la Generación Y es ahorita un "error" que la humanidad provocó, así como lo fue la Generación X cuando sus integrantes estaban entre los 15 y 25 años. Se habló terriblemente de aquellos jóvenes: personas sin valores, sin creencias, sin respeto. Se les tachó de apáticos, de flojos, de no tener visión para el futuro.
A partir de ese momento me di cuenta de que la Generación X ¡Son los adultos de hoy! Llegaron a la edad (pasaditos de los treintas, mediaditos en los cuarentas y hasta los tempranitos cincuentas) en la que ven a los jóvenes como una peste. Cayeron en el "En mis tiempos no hacíamos esa barbaridad…" o "En mis tiempos teníamos ideales…" y hasta el "En mis tiempos esto era un lujo…" y sí, la Generación Y ve como cosas de canasta básica aquellas cosas que la Generación X veía como un lujo, y aparte de todo un lujo otorgado por los Baby Boomers, los cuales luchaban por el sueño mágico de la vida cómoda con jardín, perro e hijos que les vendió el "American Dream".
Actualmente los sujetos pertenecientes a la Generación X son personas con hijos, con trabajos estables, con buenos puestos que se han ganado con lealtad y trabajo. La Generación X no es más la generación apática, es la generación que puede decidir si contrata a un sujeto perteneciente a la Generación Y, el cual tiene la capacidad para sobrepasarlo y que seguramente abandonaría su trabajo si le ofrecen más dinero y libertad en otro lado.
La guerra X vs Y empezó cuando los Y empezaron a pedir trabajo y a demostrar que estaban mejor preparados tan solo por su capacidad mental. La Generación X se queja de la Y así como los Baby Boomers se quejaron de ellos.
Pero el tiempo ha pasado y la Generación Z empieza a lanzar a jóvenes que opinan y que interactúan con el mundo. La Generación Y, de la cual ya hay bastantes adultos, comienza a darse cuenta de que su inteligencia NO es superior a la de la Generación Z, la cual parece que nació con "chip integrado". La Generación Y repite el patrón y empieza a pensar "Cuando yo era niño no me la pasaba pegado a la computadora todo el día..." o "Antes hacíamos tal o cual cosa..."
Convivir con una persona perteneciente a la Generación Z siempre nos deja mudos. Tienen una capacidad extraordinaria para entender la tecnología. Yo recuerdo, por ejemplo, que jugaba Miss PacMan en Atari y seleccionaba luchar solo contra un fantasma (porque existía esa opción). Tenía yo como 4 ó 5 años y mis tíos (10 y hasta 20 años más grandes que yo) se reían porque no podía hacerlo bien, pero al mismo tiempo se sorprendían porque podía hacerlo. Era una palanquita y un botón… Ahora veo a niños de 6 años que pueden jugar Lego Star Wars en xBox y luchan contra infinidad de "malos" con un control que tiene más de 12 botones.
Cada generación es más individualista que la anterior. La generación Apática engendró hijos sin valores, con acceso a la información. La Generación Z ya no tiene la capacidad de relacionarse, vive detrás de un monitor y un teclado.
Mientras más pasa el tiempo, más cambia el modo de ser de la humanidad. "Los jóvenes cada vez están peor..." opinaría un Baby Boomer. Mejoramos la tecnología, la salud, se hacen millones de descubrimientos científicos, pero cada vez interactuamos menos los unos con los otros, cada vez nos preocupamos menos los unos por los otros.
¿No sería mejor que en vez de quejarnos sobre lo que no hacen los jóvenes actuales nos diéramos a la tarea de aprovechar su capacidad para mejorar la vida? ¿No sería hora de parar esta lucha Adultos vs Jóvenes para unir fuerza e inteligencia? Quejándonos sobre lo aburridos que son los mayores y lo tontos que son los chicos no vamos a llegar a nada. A pesar de todo; X, Y y Z han demostrado que pueden llevar al mundo a realidades imaginadas hasta 100 años atrás y siguen y seguirán sorprendiendo a los Baby Boomers con todas las cosas que han inventado.
Con la constancia de los X, la imaginación de los Y y la alta capacidad de los Z podríamos lograr mucho. El chiste es no sentirse superior que los demás. Es hora de aceptar que los Y tenemos muchas ventajas y ayudar a los Z a no olvidar los valores que son la base de la sociedad.
Para finalizar... Encontré este fragmento del Dr. Julio A. Fonseca de la Universidad del Sagrado Corazón, sobre una convención titulada Conociendo la generación "Y" y su estilo de aprendizaje y la verdad es que me gustó mucho porque tiene mucha razón.
… La generación "Y" no pide permiso, sino informa. La generación "X" se tapa los tatuajes y las pantallas, pero la "Y" no, y hasta es capaz de demandar si se entera de que no le dieron un trabajo a causa de su apariencia. Para los "baby-boomers" y los "X" era importante defender sus ideales hasta el final, y lo importante para ellos era el grupo, no el individuo. Sin embargo, para los "Y" los ideales no son importantes, son más individualistas, y se preocupan más por el dinero" …
martes, 26 de octubre de 2010
Conocer gente por Internet... ¿Peligroso?
Hace algunos meses leí un artículo en una revista sobre los posibles peligros de conocer gente por Internet y de publicar información personal en la web. A mí, francamente, me parecieron exageraciones, pero hace un par de semanas me pasó algo que cambió mi modo de pensar.
Yo he estado muy activa en la web desde hace mucho (allá por 1996) y llegué a tener una cantidad tremenda de información por todos lados (que aún se puede rastrear). Hice muchísimos ciberamigos, recibí miles de propuestas, participé en muchas actividades. Pero tampoco soy tonta. En realidad, en 14 años de ser un cibernauta solo conocí frente a frente a tres personas y pocas veces di mi nombre real.
Al primero lo conocí en 1998 y se llama José Manuel. Nos hicimos muy amigos en Yahoo Games jugando Canasta y al conocernos nos llevamos muy bien. Actualmente seguimos en contacto.
Al segundo lo conocí en el 2007 y se llama Salvador. Nos conocimos en Yahoo Respuestas y al conocernos nos hicimos muy buenos amigos.
Al tercero lo conocí hace poco y se llama Luis. Nos conocimos en la Frikipedia.
Debo admitirlo: los tres son excelentes personas. De los tres aprendí mucho. El único problema fue que los tres pensaron que yo quería algo que no quería. Dos de los tres terminaron en un verdadero desastre y uno de ellos, Salvador, se pasó de la raya.
Todavía en la entrada pasada de este blog yo decía que me gustaría recuperar su amistad, pero hoy me di cuenta de que lo único que ha hecho desde que nos dejamos de ver fue hablar lo peor de mi. Quién sabe de dónde sacó una amiguita (seguro que la conoció por Internet) que empezó a acosarme con preguntas sobre él y luego a atacar a mi persona por cosas que ni entiende ni sabe bien. Mi primera reacción fue de sorpresa: ¿porqué una mujer, que aparte de todo es bonita, se siente tan amenazada por la existencia de un pasado "amor" del chico que le interesa? Me imagino que Salvador le dijo cosas que ni pasaron y que él deseaba mucho que pasaran. ¡Carajo! Cuando me pongo a pensar en todo lo que le conté a ese tipo sobre mí hasta me asusto. Bien se puede sentar con un lápiz y un papel a escribir un libro sobre todos mis secretos y sentimientos más macabros y francamente, a estas alturas, ya nada me sorprendería. Si somos sinceros, cualquier amigo podría traicionarte igual, pero las traiciones pueden ser más fuertes si vienen desde un ciberamigo que de un amigo real, ya que el ciberamigo no tiene nada que perder y tiene todo por ganar. Cuando hay amistad con amigos reales generalmente son compartidas con familia u otras amistades, lo cual pondría en riesgo social la traición que te pudieran hacer.
Acepto que defendí durante mucho tiempo el conocer y hacer amigos por Internet, porque aunque mi experiencia con José Manuel no fue buena, tenía yo a Salvador (que fue mucho tiempo el amigo al que más quise) y a Luis. Sin embargo tengo que confesar que a veces uno no sabe en lo que se está metiendo y todas las broncas que te puede acarrear decir que NO o decir que SÍ.
Creo que lo que más me molestó es que digan cosas que no hice. Cuando viene alguien a decirte que tú fuiste un desgraciado cuando así fue, a ti solo te puede dar vergüenza. Pero cuando te dicen algo que no fue cierto lo único que te queda es esa profunda tristeza que deja el coraje y la traición. Jamás hablé mal de Salvador y no entiendo porqué él está hablando mal de mí (vulgarmente se diría que está muy ardilla).
Hoy me vi en la terrible necesidad de investigar sobre esta mujer para ver de qué tanto es capaz y me di cuenta de que ya había agregado más amigos míos a su red, supongo que para molestarme o saber más cosas de mi y que había escrito en su muro algo así como "pobres hombres que se enamoran de las mujeres pérfidas" en alemán. No es la primera vez que una mujer me busca para saber algo o para decirme algo que me pueda afectar y la primera vez tampoco fue grata. En verdad no entiendo porqué las mujeres hacen este tipo de cosas, eso solo demuestra una autoestima bajísima y una inseguridad terrible ante la vida.
Así que, en conclusión: El peligro de conocer gente en internet es proporcional a la información que dicha gente tenga sobre ti y aumenta cuando esa información proviene de ti mismo. El riesgo es mayor cuando conoces personalmente a esta gente.
Y yo tan orgullosa de que mi persona estaba "medianamente" protegida, por hacerme amiga de otro cibernauta al que no nada más le abrí las puertas de mi casa sino de mi corazón, ahora corro riesgo de ser juzgada, difamada y odiada por toda la web.
Yo he estado muy activa en la web desde hace mucho (allá por 1996) y llegué a tener una cantidad tremenda de información por todos lados (que aún se puede rastrear). Hice muchísimos ciberamigos, recibí miles de propuestas, participé en muchas actividades. Pero tampoco soy tonta. En realidad, en 14 años de ser un cibernauta solo conocí frente a frente a tres personas y pocas veces di mi nombre real.
Al primero lo conocí en 1998 y se llama José Manuel. Nos hicimos muy amigos en Yahoo Games jugando Canasta y al conocernos nos llevamos muy bien. Actualmente seguimos en contacto.
Al segundo lo conocí en el 2007 y se llama Salvador. Nos conocimos en Yahoo Respuestas y al conocernos nos hicimos muy buenos amigos.
Al tercero lo conocí hace poco y se llama Luis. Nos conocimos en la Frikipedia.
Debo admitirlo: los tres son excelentes personas. De los tres aprendí mucho. El único problema fue que los tres pensaron que yo quería algo que no quería. Dos de los tres terminaron en un verdadero desastre y uno de ellos, Salvador, se pasó de la raya.
Todavía en la entrada pasada de este blog yo decía que me gustaría recuperar su amistad, pero hoy me di cuenta de que lo único que ha hecho desde que nos dejamos de ver fue hablar lo peor de mi. Quién sabe de dónde sacó una amiguita (seguro que la conoció por Internet) que empezó a acosarme con preguntas sobre él y luego a atacar a mi persona por cosas que ni entiende ni sabe bien. Mi primera reacción fue de sorpresa: ¿porqué una mujer, que aparte de todo es bonita, se siente tan amenazada por la existencia de un pasado "amor" del chico que le interesa? Me imagino que Salvador le dijo cosas que ni pasaron y que él deseaba mucho que pasaran. ¡Carajo! Cuando me pongo a pensar en todo lo que le conté a ese tipo sobre mí hasta me asusto. Bien se puede sentar con un lápiz y un papel a escribir un libro sobre todos mis secretos y sentimientos más macabros y francamente, a estas alturas, ya nada me sorprendería. Si somos sinceros, cualquier amigo podría traicionarte igual, pero las traiciones pueden ser más fuertes si vienen desde un ciberamigo que de un amigo real, ya que el ciberamigo no tiene nada que perder y tiene todo por ganar. Cuando hay amistad con amigos reales generalmente son compartidas con familia u otras amistades, lo cual pondría en riesgo social la traición que te pudieran hacer.
Acepto que defendí durante mucho tiempo el conocer y hacer amigos por Internet, porque aunque mi experiencia con José Manuel no fue buena, tenía yo a Salvador (que fue mucho tiempo el amigo al que más quise) y a Luis. Sin embargo tengo que confesar que a veces uno no sabe en lo que se está metiendo y todas las broncas que te puede acarrear decir que NO o decir que SÍ.
Creo que lo que más me molestó es que digan cosas que no hice. Cuando viene alguien a decirte que tú fuiste un desgraciado cuando así fue, a ti solo te puede dar vergüenza. Pero cuando te dicen algo que no fue cierto lo único que te queda es esa profunda tristeza que deja el coraje y la traición. Jamás hablé mal de Salvador y no entiendo porqué él está hablando mal de mí (vulgarmente se diría que está muy ardilla).
Hoy me vi en la terrible necesidad de investigar sobre esta mujer para ver de qué tanto es capaz y me di cuenta de que ya había agregado más amigos míos a su red, supongo que para molestarme o saber más cosas de mi y que había escrito en su muro algo así como "pobres hombres que se enamoran de las mujeres pérfidas" en alemán. No es la primera vez que una mujer me busca para saber algo o para decirme algo que me pueda afectar y la primera vez tampoco fue grata. En verdad no entiendo porqué las mujeres hacen este tipo de cosas, eso solo demuestra una autoestima bajísima y una inseguridad terrible ante la vida.
Así que, en conclusión: El peligro de conocer gente en internet es proporcional a la información que dicha gente tenga sobre ti y aumenta cuando esa información proviene de ti mismo. El riesgo es mayor cuando conoces personalmente a esta gente.
Y yo tan orgullosa de que mi persona estaba "medianamente" protegida, por hacerme amiga de otro cibernauta al que no nada más le abrí las puertas de mi casa sino de mi corazón, ahora corro riesgo de ser juzgada, difamada y odiada por toda la web.
viernes, 22 de octubre de 2010
Katze y su día perfecto.
Según yo, un día perfecto tendría que reunir las siguientes características y hechos:
Tendría que ser octubre y hacer un poco de calor. De desayuno comería un gran plato de "Captain Crunch" con leche helada y tomaría jugo de zanahoria.
Tendría que salir a andar en bicicleta en la tercera sección del bosque de Chapultepec escuchando Stratovarius y Demons and Wizards en mi i-pod.
Pararía en un Starbucks para tomar un Caramel Macciato y comer un Panini de tres quesos mientras leo a Tolkien y mi i-pod reproduce Haggard.
Hacia el medio día tendría que ir a una tienda de videojuegos y gastar mucho dinero en juegos y accesorios para el wii.
Regresando a casa pondría Rammstein y cocinaría spaguetti con chipotle y crepas con pollo y chile poblano. Después de comer jugaría wii un rato y después iría a casa de mamá, con mi hermana y mi abuelita, a ver un juego de la serie mundial: Sexto juego, 3 ganados de los Red Sox y que obviamente ganen (este juego tendría que ser como a las 5 de la tarde, si no no me daría tiempo).
En la noche tendría que ir a un concierto de Iron Maiden porque por mil razones ilógicas jamás he ido a uno. En el concierto tomaría Jack Daniel's (porque en un mundo perfecto venderían Whiskey en un concierto de Heavy Metal) y al salir me subiría a una motocicleta BMW 650 GS para ir a una maravillosa reunión con mis amigos en una casa con jardín y alberca en donde seguiríamos escuchando buena música, jugaríamos New Super Mario Bros Wii sentados en el pasto y cenaríamos pizza de Papa John's con cerveza helada.
Como datos extra y adicionales: me gustaría recibir la noticia de que López Obrador decidió retirarse de la política y que jamás volveremos a saber nada de él, que encontraron el modo de mantener el polo congelado para que no se extingan los osos polares, que aprobaron mi crédito para un MINI Cooper John Cooper Works, que mi ex-amigo Salvador volviera a ser mi amigo, que me llegaran por correo unos boletos de avión para unas vacaciones en Alemania y que a mi abuelita se le quitara la depresión que ella jura que no existe.
Eso, ¡ESO sería un día perfecto y no jaladas!
Tendría que ser octubre y hacer un poco de calor. De desayuno comería un gran plato de "Captain Crunch" con leche helada y tomaría jugo de zanahoria.
Tendría que salir a andar en bicicleta en la tercera sección del bosque de Chapultepec escuchando Stratovarius y Demons and Wizards en mi i-pod.
Pararía en un Starbucks para tomar un Caramel Macciato y comer un Panini de tres quesos mientras leo a Tolkien y mi i-pod reproduce Haggard.
Hacia el medio día tendría que ir a una tienda de videojuegos y gastar mucho dinero en juegos y accesorios para el wii.
Regresando a casa pondría Rammstein y cocinaría spaguetti con chipotle y crepas con pollo y chile poblano. Después de comer jugaría wii un rato y después iría a casa de mamá, con mi hermana y mi abuelita, a ver un juego de la serie mundial: Sexto juego, 3 ganados de los Red Sox y que obviamente ganen (este juego tendría que ser como a las 5 de la tarde, si no no me daría tiempo).
En la noche tendría que ir a un concierto de Iron Maiden porque por mil razones ilógicas jamás he ido a uno. En el concierto tomaría Jack Daniel's (porque en un mundo perfecto venderían Whiskey en un concierto de Heavy Metal) y al salir me subiría a una motocicleta BMW 650 GS para ir a una maravillosa reunión con mis amigos en una casa con jardín y alberca en donde seguiríamos escuchando buena música, jugaríamos New Super Mario Bros Wii sentados en el pasto y cenaríamos pizza de Papa John's con cerveza helada.
Como datos extra y adicionales: me gustaría recibir la noticia de que López Obrador decidió retirarse de la política y que jamás volveremos a saber nada de él, que encontraron el modo de mantener el polo congelado para que no se extingan los osos polares, que aprobaron mi crédito para un MINI Cooper John Cooper Works, que mi ex-amigo Salvador volviera a ser mi amigo, que me llegaran por correo unos boletos de avión para unas vacaciones en Alemania y que a mi abuelita se le quitara la depresión que ella jura que no existe.
Eso, ¡ESO sería un día perfecto y no jaladas!
jueves, 9 de septiembre de 2010
¿Quién es Katze Canciola?
Nunca he apoyado la idea de hablar de mí misma. Soy pésima para hacerlo. Cuando me piden (sobre todo en redes sociales) que ponga una biografía en mi perfil me quedo en blanco. La única vez que pude hacer un perfil “descriptivo” fue cuando me registré para ser editor en Wikipedia, y eso porque tienen las “userboxes”, que son muy útiles para personas como yo.
Fuera de eso, en Yahoo Respuestas solo puse “rebel”, en Facebook dejé todo en blanco y en Twitter puse: “no soy rara! Es el ADN!”. También difícilmente pongo fotografías, y si hay algunas en la web son porque mis amigos (sin mi autorización y muy a mi pesar) las suben y las “Taggean”.
Lo que pueda decir saldrá sobrando. No sé si para bien o para mal, pero en mi vida cambio mucho de modo de pensar. No me casé con ninguna ideología ni creencia y estoy en constante evolución. Solamente el conocimiento y la imaginación logran hacer nido en mi cabeza. Por ejemplo, no se si sea bueno o malo creer o no creer en Dios, pero sé que si tomo algún medicamento que contenga naproxeno iré a dar al hospital. También defiendo que lo que crea yo puede no ser aplicable a nadie más, y no vendo mi modo de pensar. Vamos, eso de andar “evangelizando” a los demás o diciéndoles lo mal que están no va conmigo.
Hablar sobre mí. Imposible. Podría decir que soy metalera, pero el metalero se reiría de mí. Podría decir que soy gamer, pero en verdad solo estoy enamorada de mi wii. Tampoco entro entre los otakus aunque vi y amé Neon Génesis Evangelion. Mis gustos y preferencias son muy variados y extraños, y así como admiro profundamente a JRR Tolkien también me leí todo Harry Potter (varias veces).
Así que aquí, poco a poco, sin ningún fin en concreto ni ningún objetivo, publicaré lo que se me ocurra y todo aquello que siempre he querido compartir. Podrá gustar, no gustar, podrá ser útil, podrá ser tonto. Pero a fin de cuentas, seré yo.
Fuera de eso, en Yahoo Respuestas solo puse “rebel”, en Facebook dejé todo en blanco y en Twitter puse: “no soy rara! Es el ADN!”. También difícilmente pongo fotografías, y si hay algunas en la web son porque mis amigos (sin mi autorización y muy a mi pesar) las suben y las “Taggean”.
Lo que pueda decir saldrá sobrando. No sé si para bien o para mal, pero en mi vida cambio mucho de modo de pensar. No me casé con ninguna ideología ni creencia y estoy en constante evolución. Solamente el conocimiento y la imaginación logran hacer nido en mi cabeza. Por ejemplo, no se si sea bueno o malo creer o no creer en Dios, pero sé que si tomo algún medicamento que contenga naproxeno iré a dar al hospital. También defiendo que lo que crea yo puede no ser aplicable a nadie más, y no vendo mi modo de pensar. Vamos, eso de andar “evangelizando” a los demás o diciéndoles lo mal que están no va conmigo.
Hablar sobre mí. Imposible. Podría decir que soy metalera, pero el metalero se reiría de mí. Podría decir que soy gamer, pero en verdad solo estoy enamorada de mi wii. Tampoco entro entre los otakus aunque vi y amé Neon Génesis Evangelion. Mis gustos y preferencias son muy variados y extraños, y así como admiro profundamente a JRR Tolkien también me leí todo Harry Potter (varias veces).
Así que aquí, poco a poco, sin ningún fin en concreto ni ningún objetivo, publicaré lo que se me ocurra y todo aquello que siempre he querido compartir. Podrá gustar, no gustar, podrá ser útil, podrá ser tonto. Pero a fin de cuentas, seré yo.
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